Erick Sámano
Querida vida, espero que seas tan maravillosa como lo he escuchado, espero que cada destello de luz de sol me haga sonreír, quiero saber que sorpresas me tendrás, aun no estoy en ella y ya quiero saber cómo terminará, que será de mí…
Querida vida, espero encontrar seres tan especiales que me amen, espero ser amado…
21 años después…
Muchas veces me he preguntado ¿Qué sentido tiene vivir? Lo que he visto es que muchas personas se refugian en creencias que les permiten tener ciertas esperanzas, como en la religión, aquello que les da una razón para ser “buenas personas” por miedo a ir al infierno, no sé cómo sentirme al respecto, pues ¿Qué no deberían ser “buenas personas” por humanidad y no por miedo? creer en un dios, es algo que al final de sus días les darán sentido.
Algo que desde hace un par de años he catalogado como mentira es el destino, que también es un tipo de esperanza para algunas personas, incluso yo solía creer en él, solía creer que las cosas pasaban por alguna razón, pensaba que mi vida ya estaba escrita y que yo solo debía recorren un camino que ya estaba hecho hacía el éxito, para comodidad mía, pues eso me deslindaría de mis responsabilidades, me quitaría preocupaciones de mi cabeza, me libraría de peso de los hombros y podría andar por la vida haciendo y deshaciendo, creyendo que es parte de lo que ya está escrito y muy probablemente jodiéndome poco a poco.
Ahora, querida vida, quiero hablarte del futuro, pasado y presente, solía creer que el futuro era mi consuelo más ferviente, pues muchas veces escuché “mañana será otro día”, “pronto todo estará mejor”, pero eso es otra mentira, pues, si llega el mañana, pero a veces no todo está mejor, hay veces que los problemas los arrastramos por varios días, las preocupaciones no dejan que la transición de día sea agradable, las noches pueden volverse largas y frías. Yo creo que el futuro es solo una idea, algo que no existe en realidad, pues por más que avance el tiempo jamás estaremos en él.
Para mí, el pasado son recuerdos, marcas, experiencias y también son evidencias de hechos que ya han sucedido, incluso sucesos que sucedieron mucho antes de que cualquiera de los que hoy estamos presentes pudiésemos respirar, todo que lo que ha sucedido nos dará herramientas para enfrentar nuestro presente. El presente es una delgada línea que separa lo que hicimos de lo que haremos, pues esta línea es el “estoy haciendo” es el pequeño instante que vivimos justo ahora, que en menos de lo que creo ya habrá pasado.
Con esto creo que me estoy dando cuenta que realmente no tenemos un camino establecido, creo que no hay un destino que alcanzar (más que el que nosotros mismos nos propongamos) en nuestras vidas, no es así de sencillo, ahora sé que debo responsabilizarme de mis acciones, aunque también soy consciente de que algunas cosas están fuera de mis manos, hay cosas que no podría jamás controlar. Mi vida la voy construyendo a cada paso que doy, cada decisión que tomo, a cada elección voy cambiando de rumbo o manteniendo el curso.
Vida, por medio de dolor me hiciste entender que algunas personas son temporales, que por más que supliquemos su regreso no es algo posible, de una manera dura se aprende a apreciar las cosas… ¿siempre aplicará la regla “nadie aprecia lo que tiene hasta que lo pierde”? espero que no, porque es una lección dura, que hasta la fecha parece que no he aprendido bien y me dolerá mucho cuando te lleves a más de esas personas que amo, y es que seguramente voy a llorar más veces a lo largo de este camino.
Querida vida, te ruego no te pintes de rosa, no te pintes de un solo color, pues tu eres toda una gama de colores que van desde los más brillantes hasta los más oscuros, eres un constante sube y baja, no eres de un solo sentido. Aunque no todo es terrible o gris, hay cosas tan simples que me hacen sonreír, cosas que no tengo que hacer nada más que sentarme y respirar; amo ver los atardeceres, las variantes tonalidades que toma el cielo al momento en que el sol se oculta, amo sentir el agua recorrer mi piel desnuda, amo el olor de la tierra, adoro sentirla en mis manos, amo sentir el calor del sol en mi cuerpo, también amo sentir el calor de las personas que amo y me aman en sus abrazos…
Estimada y apreciada vida, entiendo que tú eres algo que da muchas vueltas, y el único verdadero consuelo que tengo, que a la vez es una preocupación, son dos palabras: “todo cambia”.
Vida querida, sé de antemano que no tengo nada seguro, pero yo solo espero que, al llegar el momento de mi muerte, tenga más motivos para sonreír que para llorar, deseo que para ese momento no tenga más sueños en mi cabeza, más planes, quiero abrazar encantado el momento de mi final…
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