![](https://static.wixstatic.com/media/d3643f_434108ecdfd9471b97a4bddb649afd8a~mv2.png/v1/fill/w_980,h_980,al_c,q_90,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/d3643f_434108ecdfd9471b97a4bddb649afd8a~mv2.png)
Erick Sámano
¿Alguna vez has amado en libertad? Lo dudo, culturalmente estamos acostumbrados a amar apropiándonos de la otra persona, estamos tan mal acostumbrados a que la persona se entregue completamente e incondicionalmente y lo solemos esperar. Ni siquiera nos tomamos el tiempo de conocer a la persona en distintas condiciones, positivas y negativas, nos dejamos guiar por nuestro enamoramiento y creemos que solo son momentos hermosos, que son besos y cariñitos. Pero una persona es completa, no solo es alegría, las personas son tristeza, desagrado, ira y miedo también.
Hagamos la diferencia entre enamoramiento y amor: el enamoramiento es el estado químico en el que el cerebro genera distintas sustancias agradables que nos provocan estados de plenitud y locura; amor es el estado consciente de compromiso, de aceptación, el amor no requiere precisamente de enamoramiento. (1)
Para que una interacción sea sana y plena, en nuestra libertad decidimos amar a la otra persona, al igual que la otra persona libremente debe decidir lo mismo. Dicen que cuando amas algo tienes que dejarlo en libertad, difiero de ese dicho, porque considero que el dejarlo en libertad significa que lo tenías cautivo. Las personas no son propiedad y privarlas de su libertad es asegurar la perdida.
Te admiro bella flor que creció en la adversidad, benditas las condiciones que te hicieron ser lo que eres, benditas las decisiones que has tomado. Hermosa flor que vi a lo lejos, tienes unos colores impresionantes y reflejas la luz más que el oro; flor que yo no tendría el corazón para cortar y llevar conmigo, de ponerte en una maceta o en un florero privando a tus raíces de crecer y de ser.
Aunque las personas no somos flores, el anterior mensaje me sirve para ejemplificar lo que digo, el que yo interfiera o intente cambiar a la otra persona no es amor.
No te amo porque me hagas feliz, te amo porque soy feliz contigo; no porque me complementas, te amo porque me apoyas con herramientas para completarme yo mismo; no te amo porque tú seas indispensable, te amo porque tu compañía me es agradable. Te amo porque contigo no tengo que fingir quien soy o tenga que usar máscaras, me aceptas como soy.
¡Dejemos de idealizar el amor y el enamoramiento, no pensemos en una “media naranja”, todos somos naranjas completas!
1.Torreblanca, O. (2017, febrero). Radiografía del amor. ¿Cómo ves?, 219(19), 9–13.
Commentaires