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Guía para hacer el autodelicioso de forma segura.

Foto del escritor: Disidentes CGDisidentes CG

Kenneth Canchola


Acaríciate, despacio, con calma. No te impacientes y vayas al punto tan pronto, o no. Toca tan pronto como quieras en medio de tus piernas y siente la humedad bordeando los pliegues aún ocultos de tu piel. O respira tu aroma, y siente con el dorso de tus manos la aspereza de tu piel causada por tus prendas interiores, o la suavidad de la cara interna de tus muslos. Recorre tus cicatrices y besa tus lunares. Y si con los labios no alcanzas llévales el beso con la punta de tus dedos humedecidos con saliva. No olvides antes haberte lavado las manos, para evitar futuros malestares. Hay muchas personas que aun no lo saben, pero hay que tener cuidado con la limpieza de tus manos. Así como la seguridad del espacio en el que estás. Debes de sentirte cómoda; debe de ser un lugar cómodo para ti, en el que te sientas libre de verte en el espejo, o de reconocer tu silueta con las yemas de tus dedos. De tener cuidado de que tus pies no se enfríen, pues créeme, eso ayuda a que la sangre circule mejor y la experiencia sea más placentera. No te avergüences si usas calcetines, no te avergüences si quieres usar el encaje negro más corto que hayas soñado alguna vez o si quieres usar una camiseta que huela a un perfume delicioso. O si le muestras tal cómo eres a la oscuridad de la noche o dejas que la luz solar atraviese tus cortinas y te lama la piel.


Que te escuches. Que inhales tan fuerte como para sentir tus pulmones llenos, y que cuando exhales sientas como la sangre comienza a palpitar por debajo de tu piel. Como comienza a fluir hacia lugares que aun no descubres de ti.


Escúchate ,es tu voz, y está bien. No sientas culpa, que no estás hiriendo a nadie. ¿por qué nos harían pensar eso? Si la vida te lo ha dado para que lo disfrutes. No. Tu misma te lo has dado, ¿No lo ves? Todo el amor que recorre tus piernas subiendo, el amor que guía tus manos hacia tus pechos, y que te hace sonreír al tocarlos porque usualmente no lo harías. ¿Por qué usualmente no lo harías? ¿Qué alguien te ha herido? ¿Qué alguien te ha hecho sentir inseguro? Tranquila. Es normal que quieras detenerte porque tu decides cuando parar. Tu decides cuando continuar. Tu decides si nunca más quieres hacerlo, o si lo quieres hacer cuando te apetezca. Porque es importante que lo recuerdes. Que tu cuerpo es tuyo y que tú decides lo que es mejor para ti. Porque es importante saber que tu tienes el poder sobre ti. Que siempre los has tenido, aunque te hayan engañado. Aunque te hayan hecho creer que alguien más lo tenía. Nadie nunca podrá tenerte. Nadie dejará una huella en ti.

No dejes que eso te separe de tu primer amor; de esa mano que toca tu corazón cuando lloras. Cuando presionas tu pecho para calmar el dolor que tu corazón clama por liberar. Acaríciate. Y siente el calor que expide tu piel como un perfume. Eres tu quien sostiene tu mano. Quien acaricia tu cuello, y quien toca tu cabello con dulzura.


Que te hagas lo que te apetezca, que te hagas tuya. Que sientas las oleadas de esas sensaciones maravillosas que nublan tu mente, y que te olvides de lo que has visto en el mundo. Que ellos no deben de influenciarte. No le creas al porno, ni a tu amigo que opina sobre un cuerpo que no entiende. Que tu solo sabes donde esta tu clítoris y donde está tu placer. Hazte tuya de la forma que desees: acaricia tus labios y despierta el deseo en la mente, introduce un dedo y retíralo con cuidado, o si te gusta extenderte al silicón de grado médico úsalo de acuerdo a su función: has vibrar el motor y recorre tu piel, lubrica con sabor natural o de fresa y resbala tus dedos rítmicamente. Existe una gran cantidad de juguetes diseñados solo para dar placer: están los conejos vibradores, llamados así por su interesante forma que estimula el clítoris y que acompaña con la penetración; las balas que miden cinco centímetros y que poseen una o más velocidades, que su precio es bastante accesible y que usualmente son los recomendados para iniciarte en el mundo de los juguetes. Hay algunos puntos que debes de recordar: los juguetes deben de ser de un buen material: silicona de grado médico, que el plástico no tenga porosidad y que sea fácil de limpiar, que los lubricantes tengan una fecha vigente, y que sean a base de agua; esto te ayudará a no irritarte y a que tus juguetes se mantengan en buenas condiciones.


Eres suficiente. No importa si las facciones de tu rostro se arrugan o si se alargan, si tu voz se escapa a borbotones o si apenas son el espíritu de tu voz. Nadie te juzgará, ni debe hacerlo jamás. En tu corazón el amor que te tienes resuena y recuerda lo fuerte que eres. Lo inteligente que eres. Lo capaz que eres. Tanto como si llegas a un orgasmo como si no, disfrútalo y agradece a ti misma. El orgasmo es una culminación, pero no lo es todo en esa experiencia íntima contigo misma: recuerda que desde la primera caricia que cedas en tu piel ya es parte de un proceso maravilloso que animará a tu cerebro un rato: la felicidad también está ahí, se llama dopamina, y se libera quitándote un poco de peso de tus hombros. No te asustes si te llegas a sentir mal. O si incluso no ha sido satisfactorio, como tu pensabas; recuerda que tu cuerpo es fluido, y que no se ha terminado nada: que apenas a empezado, y que cada día tienes una puerta que se abre para ti, cuando tu quieras y cómo tu quieras.

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